Día Mundial de Lucha contra el cáncer: Día verde.

La única vez que realmente tuve conciencia absoluta sobre el cáncer fue cuando retumbarom en mis oídos aquellas palabras: «Tu mamá tiene cáncer con metástasis». Por segundos o minutos yo no escuchaba más nada, sólo el eco de mis alucinaciones: «Cáncer, cáncer, cáncer, cáncer, cáncer»… La palabra me revolvió el estómago y me aflojó las piernas. Me desplomé. Me sudaron las manos. Empecé a temblar. ¿Cáncer? ¿Metástasis? ¿Cómo era posible? Nadie nunca había muerto en mi familia por cáncer. Nadie. O sea, yo creía que mi familia estaba inmune al cáncer. Ninguno de mis abuelos, ni de mis tíos abuelos, ni de mis tíos, ni los primos… Nadie !!! Ah sí: el hermano mayor de mi mamá por leucemia, pero sabía que no había gen ni estudio científico que avalara a todas luces que la genética influía y menos que la leucemia estuviera relacionada con el raro tipo de cáncer que le fue diagnosticado a mi madre a sus 56 años. No era justo aquel diagnóstico. Mi primera reacción fue la negación. «No puede ser cierto». «Hay un error médico». «El equipo de la tomografía está viejo y las imágenes se confunden». «Los análisis pueden estar mostrando otra cosa: una hepatitis, una colangitis… No sé. Todo, excepto cáncer». En tanto más pensaba en asumir que mi madre estaba enferma de cáncer más me dolía la vida, más me dolía la incertidumbre, más me dolía existir. Es parte de mi personalidad tratar de revertir lo malo y hacerlo bueno a mi favor. Ese día no pude. Me golpee contra la pared de la rabia, de la impotencia tan grande porque no sólo era cáncer; era cáncer metástasico. Había que leer e investigar. Había que llevar a mi madre a los mejores o al mejor hospital de La Habana. Había que oír de los médicos todo. Su vida era desde entonces: tiempo. Los médicos respondieron todas mis preguntas: ¿Cómo es posible esto si mi mamá nunca tuvo ni fiebre? ¿Cómo va a tener obstruido el conducto biliar si jamás ha tenido cálculos biliares? ¿Cómo va a haber Metástasis si nunca tuvo ni diarreas? «Tienen que estar jugando doctores, el cáncer avisa antes. Esto no puede ser así de que por un vómito y otro vómito su pronóstico es reservado». Y lo era. Era así. Muchas veces es así. El cáncer es un mundo muy peculiar hasta para la propia medicina. Algunos tipos con mejor pronóstico que otros, pero desde que la palabra está, la incertidumbre es parte de vivir con cáncer o ser cuidador de alguien con cáncer. Algunos tipos con posibilidad de radiación o quimioterapia, otros con posibilidad de cirugía y otros con posibilidad de nada… como el de mi mamá. Mi madre sobrevivió al diagnóstico 4 meses con 16 días. Se le hicieron todos los análisis y las pruebas de imágenes concluyentes. Era un Colangiocarcinoma extrahepático, un tumor de Klatskin para ser más específica; que comprometía su hígado y otros órganos. Es un tipo de cáncer como muchísimos, muy difícil de descubrir en sus primeras etapas ya que no presenta síntomas en estadío inicial y con una probabilidad de supervivencia ínfima. Tratamiento paliativo y a pasar sus últimos días en casa. Todavía escucho la palabra paliativo y siento impotencia. Eso por una parte, por otra parte siento gratitud porque si nada se puede hacer para curar, al menos algo para ayudar al paciente. ¿Cómo se resigna una a ver su madre joven con tanta vida por delante deteriorarse por días? ¿Cómo se resigna una a dormir en tanto ella se queja de que le duele la espalda? ¿Cómo se resigna una ante una pérdida de peso abismal, ante vómitos descontrolados, ante la morfina, ante el deterioro en vida, ante la propia muerte? Se aprende creo sobre la marcha. Mi madre perdió su batalla contra el monstruo que le tocó como la mayoría la ha perdido puesto que el colangiocarcinoma es uno de los peores tipos de cáncer que hay y eso me va a calar mi vida entera. Su enfermedad me hizo ver que no somos inmunes al cáncer como yo pensé en algún momento porque no había antecedente familiar. No somos inmunes por nunca haber fumado ni habernos dado un trago de ron (como mi madre que no hacía ni una cosa ni la otra). El cáncer está ahí porque están ahí cada una de las células y cada uno de los órganos que lo pueden desarrollar. Si una enfermedad realmente no tiene cara es esa. Lo dicen mucho del VIH porque a cualquiera le toca, pero si no es accidental, en la vía de contagio entonces muchas veces está la irresponsabilidad en la vida sexual. En cambio con el cáncer nunca se sabe. Te toca porque te toca. Es una rifa horrenda en la que a algunos les toca un papel con nombre y tiempo contado. Que hoy 4 de febrero, día en que la Organización Mundial de la Salud apunta la fecha como la jornada de concientización y lucha contra el cáncer, no baste para llevar luz a todos los que han muerto por este horrible padecer, a todos los que luchan por entrar en remisión y a todos los familiares y cuidadores de pacientes. Que no baste un día para que la ciencia deje de sacar ensayos clínicos a cuenta gotas. Que no baste un día para ayudar a todos los enfermos; pues ellos podemos ser todos y esa realidad la aprendemos bien- tristemente- cuando alguien a quien amamos más que a nosotros mismos es devorado por este mal. Yo pido todos los días de mi vida a lo que sea que exista que los enfermos ganen esta guerra y una cura en memoria de todos los que han muerto 💚🙏 Por la cura sí… que un día tiene que ser.

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